Crónicas de uno mismo.
La ilusión de un cocinero.
Como no sé lo que es poseer un restaurante propio, quizás hable demasiado. Siempre he querido poder diseñar un restaurante, ponerle un nombre, hacer mi cocina, impulsar lo que uno cree que es el camino correcto hacia lo que podríamos llamar la buena restauración, la auténtica gastronomía, vaya, hacer las cosas bien. Quizá me sienta un poco frustrado, pero tal y como va el sistema, duermo tranquilo.
Cuando uno empieza en esto, se come el mundo, cuando comienzas a aprender, ves que hay un largo trecho hasta el final y cuando empiezas a formar parte de una empresa, sin ser tuya ya experimentas el típico cosquilleo de «menos mal que esto no es mío». Puede dar lástima, ver como amigos o conocidos de tu entorno, se embarcan en regentar un restaurante, en buscar una buena base y ponerla en práctica, en sacrificar todo por estar al frente, y cuando digo todo es todo. Digo, puede dar lástima, porque pocas veces se ve la luz al final del túnel y porque pocos son los que lo consiguen. Aún así, las ganas en muchos no se pierden, menos mal.
Lo trágico del asunto es, que cuando uno piensa en lo que le puede estar pasando a un aprendiz de cocina por la cabeza, un aprendiz, que está en un buen restaurante (con estrella o sin ella), en una escuela de hostelería, o algo parecido, se da cuenta que la cosa está chunga, para él y para todos.
Dónde pensamos llegar, cuando existen más asalariados en hostelería pertenecientes a cualquiera de las materias posibles que a la propia restauración en sí. La restauración se ha convertido, por triste que resulte en el cobijo de muchos por tirar hacia adelante, a lo mejor esto se dice más bien poco en los medios, pero los que andamos por éste mundo, somos conscientes, de que si hiciésemos un baremo, en la mayoría de negocios hosteleros se valora más las horas que uno está dispuesto a hacer, gratis claro, o la parte del salario que uno está dispuesto a regalar, que lo que uno bien sabe hacer, la andadura que pueda llevar a sus espaldas o el número de patatas peladas.
Y es que la cosa está chunga, y esto no es que sea culpa de el que paga, (por lo menos no toda), sino del sistema. De todos es bien sabido que un restaurante a la carta (min. 60 euros por barba), ya ha dejado de ser rentable, costaba más el genero perdido por la escasez de clientes que en sí lo que después se podía ganar, el fin de semana claro, porque lo de abrir entre semana era más marketing que negocio. Pocas son las ciudades, que permiten hacer funcionar un restaurante más de 3 días a la semana. Por eso algunos de lo que ahora empiezan, apuestan por una carta sin sobresaltos, producto seguro, económica, pero a la vez innovadora, supongo que todo evoluciona.
Ya hemos dicho adiós, al concepto que llevaron acabo los que en su día fueron mis jefes, propietarios de su propio restaurante, que con mucha ilusión y mucho esfuerzo pudieron hacer su sueño realidad. Pudieron pagar unas rentas aceptables y se podían permitir el poder pagar un salario digno a su plantilla, que por norma general eran de vocación.
Pero todo esto ha cambiado, ha evolucionado, supongo que a mejor, pero pocos son los que aguantan y muchos los que se han quedado en el camino y no por hacerlo mal. Poco se puede hacer, mas que seguir haciendo lo que uno sabe hacer verdaderamente bien, y no será por el empuje que últimamente ha tenido la cocina, pero quién sabe, quizás haya sido en algunos aspectos peor de lo que se piensa, no lo sé, si es verdad que ése empuje si que ha servido para valorar más el sentido de la gastronomía de un país o región. Seguramente, el mundo de la cocina no estará en un punto tan alto jamás. Si es verdad, que se puede hacer, (por quitarle pesimismo al tema), pero muchos nos hemos dado cuenta que hoy en día no sólo bastan las ganas, las buenas ideas, sino que es difícil poner en práctica la ilusión de un cocinero.
Ánimo a los que estáis y nos os vais.
David García.
octubre 28th, 2009 en 19:08
Me has leido la mente ..jajajaja
Muy de acuerdo con esta cronica,
Somos much@s que llevamos bastantes patatas peladas..en este oficio (19 años)
Saludos
octubre 28th, 2009 en 20:52
Está claro que tú tienes mucho que decir en todo esto, sobre todo por tu experiencia. Me alegro que te haya gustado.
Un fuerte abrazo Edu.
noviembre 1st, 2009 en 2:13
Hola David.
Por fin me digno ha visitar tu blog, me ha sorprendido gratamente. Espero que esta visión-concepto (bastante cierta en parte) sea momentanea y que algún dia podamos tener el placer de poder disfrutar de tu saber hacer en tu restaurante, de todas formas ahora no es el momento, pero todo llegará y cuando llegue estaremos para apoyarte.
Te deseo mucha suerte en este nuevo proyecto y que nunca pierdas la ilusión y ganas que pones en todo lo que haces.
FELICIDADES
noviembre 3rd, 2009 en 15:22
Me gusta todo esto que se comenta, pero hay que tener cuidado con los sueños, se pueden convertir en pesadillas.
Lo malo de tener un negocio propio y tu lo sabes es el precio que tienes que pagar dejando a un lado la familia etc. y merece la pena??? PUES NO.
Tal y como estan las cosas poco a poco me estoy dando cuenta que no es lo mejor de todo.
Atodos nos gustan los mercedes y los audis,pero no todos los tenemos y que pasa es mala eleccion un opel???
No todo los abogados tienen un negocio propio.
no todos los fontaneros tienen un negocio propio.
pero lo importante es otra cosa tio ,tu me entenderas.
pero a mi me gustan los Audis si alguno me quiere regalar alguno??
noviembre 4th, 2009 en 18:58
Creo que la cronica ,va encaminada hacia otro punto de vista
La ilusion -por lo menos la mia- no ha sido tener aparacado a las puertas de mi casa un coche de alta gama
La famila estuvo a mi lado
No a un lado (si no hay un problema)
Saludos
noviembre 5th, 2009 en 7:39
[…] Continued here: Crónicas de uno mismo. « Te ayudo a cocinar […]
noviembre 5th, 2009 en 13:59
no me pillaste Edu, me refiero que a casi todos los cocineros, nuestra gran ilusion es tener un restaurante propio ( como el de tener un coche de estos) pero no todos lo tenemos.
Pero yo tengo dos hijos y casi me alegro de no tener un restaurante,(me refiero por el poco tiempo que me dejaria para estar con ellos).
Ilusion, vale…. pero la realidad es otra.
noviembre 5th, 2009 en 18:04
Perdon ,ahora si ,de acuerdo contigo y perdona mi mala interpretacion de tu comentario
Saludos
noviembre 5th, 2009 en 19:06
Creo que es un tema que abarca muchas situaciones, deseos, etc. Pero lo que más me llena, es que gente como vosotros, expreséis lo que de verdad pensáis de todo ésto. Y que sepáis que procuré abreviar el texto todo lo que pude, ya que de éste tema hay mucho de que hablar. Además, sobran muchas palabras para explicar el sueño que muchos de nosotros hemos sentido alguna vez y sobre todo alguno de vosotros que habéis tenido la oportunidad. De todas formas, también es verdad que los sueños como muy bien decía Moisés, a veces se pueden convertir en pesadillas. Dejémoslo en sentirnos realizados con lo que hacemos…….que ya es bastante.
Un saludo a todos.
noviembre 16th, 2009 en 18:25
David, es chungo pero que poca gente quedamos en esto por vocacion. Cuanta gente joven que pensaba que ser cocinero era como lo hacian ver los cocineros de la tele se han quedado por el camino. Para la hosteleria han sido unos años muy muy buenos y hemos nadado en la abundancia entonces no nos hemos preocupado mucho de esos centimos de mas en nuestros pedidos de ese rodaballo que el maitre no ha vendido y se ha quedado en la nevera, ni de ese cliente que se ha ido descontento por un desaire del camarero arrogante etc…..
PORQUE????????????
porque vendiamos tanto genero que los centimos de mas del pedido se recuperaban con creces, el rodaballo era solo un daño colateral porque habiamos vendido 36 lubinas y era un mal menor y la gente se las gastaba en el bar y el restaurante y si se iba un cliente tenias al otro que era constructor que se dejaba 600 euracos en percebes y albariño con un cliente en una tarde.
Hemos vivido las vacas gordas del negocio de la hosteleria en zaragoza y provincia (como en mi caso) ese tiempo pasado en el que el empresario se llenaba el bolsillo y nos daba ganas de ser como el paso….y ahora nos esta tocando lo contrario y las ganas de convertirnos en empresario se estan desgastando.
No se si los que superen esta crisis (ojala estemos entre ellos) se volveran mas fuertes pero lo que si es verdad que nos esta haciendo esforzarnos mas para exprimir cada centimo del presupuesto.
Bueno es solo una reflexion no se que pensaras.
Asajatevamonos escotarril al cuello cuando puedas.
Saludos amigo. Espero verte pronto.
noviembre 21st, 2009 en 10:28
ola Eduardo soy Alex gracias por aconsejarme sobre esta pagina,la veo muy interesante,y quiero dar mi opinion desde el punto de vista de cliente.
Te doy la razon en lo que dices en el tema de que con las vacas gordas nadie ha escatimado en precios,ni clientes ni restauradores,y ahora gente como tu con sueños propios ven didicil realizarse profesionalmente utilizando todo lo aprendido en una escuela de hosteleria
mi pregunta es si a apartir de ahora los restauradores al igual que los proveedores aprenderan a regular los precios de compra y venta para que todo el mundo podamos disfrutar de la nueva y la antigua cocina .
UN SALUDO. nos vemos el martes